Detección de gases y revisión epis categoría 3

Muchos entornos de trabajo utilizan numerosos gases en sus procesos de fabricación, la acumulación de gases nocivos es también otro problema en los espacios cerrados.
Detección de gases

El detector de gas mide en tiempo real la concentración de gases que existe alrededor de un trabajador.

Además, permite advertir al usuario de un posible peligro mortal.

Es necesario calibrar de forma regular el detector en un banco de pruebas con el fin de verificar que las células desencadenan la alerta con suficiente rapidez cuando las concentraciones de gas se sitúan por encima o por debajo de los límites establecidos.

¿Cómo elegir el detector de gas ideal?

Resistente a caídas

Manipulación con
guantes

Con autonomía para compensar los olvidos de carga

Con sistema de alerta por bluetooth

EPI’s categoría III

Los Equipos de Protección Individual de Categoría III son los Equipos de Protección Individual que protegen al usuario de un riesgo mortal o que pueda dañar gravemente y de forma irreversible su salud.

Los Epis se diferencian por categorías para saber cuál protege en mayor y menor medida, es decir de accidentes más leves a accidentes más graves.

Desde Dexis realizamos asesoramiento técnico al cliente además de que te mantenemos informado de los últimos cambios normativos y de las soluciones disponibles en el mercado.

Todos los equipos de protección sufren desgaste a lo largo del tiempo por lo que su rendimiento podría verse afectado. Por este motivo tienen que someterse a mantenimiento y verificación periódicos.

Nuestros equipos siguen los estándares y protocolos de nuestros fabricantes colaboradores. Así te garantizamos equipos conformes con la legislación y normativa vigente.

 

Riesgos frente a los que protegen los EPIs de categoría III

  • Sustancias peligrosas para la salud.
  • Falta de oxígeno.
  • Agentes biológicos nocivos.
  • Radiaciones.
  • Altas temperaturas cuyos efectos sean comparables a los de una temperatura del aire de al menos 100 °C.
  • Bajas temperaturas cuyos efectos sean comparables a los de una temperatura del aire de – 50 °C o menos.
  • Caídas de altura.
  • Descargas eléctricas y trabajos en tensión.
  • Ahogamiento.
  • Cortes por sierras de cadena accionadas a mano.
  • Chorros de alta presión.
  • Heridas de bala o arma blanca.
  • Ruidos nocivos.

 

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